Otro cuento más que no salió

Trío

Ménage à troís

Siempre pasa más tiempo con ella que conmigo, la toma mucho más en cuenta que a mí. Se pasa todo nuestro tiempo juntos arañándola, acariciándola descaradamente en mi presencia.

Siempre dice que es para mi beneplácito, que conmigo el sentimiento es distinto, pero no le creo, no cuando veo sus ojos cerrados y su placer cuando la tiene entre sus brazos. Ella le despierta todas sus pasiones.

Yo sólo los puedo mirar en ese patético espectáculo con envidia, esperando a que sea mi turno, pensando que nunca me tocará como a ella.

Siempre soy segunda cada vez que estamos juntos en este ritual diario, sé que algún día me dejará por ella…

Maldita guitarra, la odio.

Natty

Copiándole la idea a mi amiga Coty

Es decir, subiendo cuentos que no nos publicaron, y que debieron... ja!

El verdadero sentimiento

¿Y él quién se viene a creer que es para estar tratándome de esa manera?, ¿qué? ¿Acaso soy menos gente que él para que me grite?

Pero claro, cuando llego a su lado de lo más sumisa, no es capaz de mirarme a la cara, mientras yo practico una sonrisita vacía, pensando en su autosuficiencia porque sabe que debo obedecerlo.

Como si fuera muy agradable el estar de pie todo el día, repitiendo la misma frase idiota en cada rincón de la sala, fingiendo que yo no me canso, yo no me aburro, yo no me enfermo de verles las caras siempre.

Si no fuera porque me pagan, renunciaría a este café de mala muerte.

Natty

Mi Primera Publicación

Penitencia

Esta botella de agua ya está caliente de tanto sostenerla en mi mano, el calor me está quemando la cara y el exceso de la luz del sol ya no me deja ver.

Me duelen los pies, esta caminata me está matando, no sé en qué momento me vine a involucrar en esto; tal vez si me quitara estos zapatos… pero estoy tan aislada de todo, que tendría que dejarlos botados por ahí.

Tengo hambre, estoy cansada, quiero que esto termine pronto, es una tortura que no creo que pueda seguir soportando.

Se me está acabando el tiempo, si me sigo demorando las consecuencias serán insospechadas; pero no hay micros, la locomoción está suspendida y estoy tan lejos…

Y cuando llegue tengo que escribir, ni que fuera a publicarse de verdad la endemoniada noticia.

Natalia Seguel Arenas

(Parte del libro "Pequeños Cuentos de Grandes Amigos" Producido por Tito Matamala, 2007)

En 100 palabras justas

Esperando micro

Nos veo caminando por el sendero del cerro Santa Lucía, como me prometiste, andando con cuidado para no resbalarse. Nos veo con esas miraditas tontas, con esa vergüenza de hablarnos normalmente por ser éste nuestro primer encuentro, aunque habíamos hablado tantas veces antes. Nos veo sentados en el pasto, apoyados en un árbol con las manos rozándose, preguntándonos si nos aventuramos a más. Nos veo en todas esas actitudes típicas adolescentes que yo no viví y que tú me dijiste que no ibas a repetir.

Nos veo desde la vereda del frente, pensando qué hubiera pasado si me hubiera atrevido.

Natalia Seguel Arenas
Participación en "Santiago en 100 palabras" - sin premio
Próxima aparición, domingo 19 de Noviembre, El Sur (sección "En pocas palabras").

El primer paso a la fama

Sección: Pocas palabras

De oportunidades descartadas

La pobre chiquilla tenía la cabeza llena de personajes, los que tenían un pánico escénico insospechado para ser imaginarios, gracias a la autoestima de su creadora. La niña se lo había leído todo, hasta el punto de confundir la realidad con el interior de su mente. Pero sus influencias externas la mantuvieron en ese patético lugar entre el promedio y la mediocridad; estaba condenada a ser un escalón que sólo ayudaría a alguien más a ascender a la grandeza, alguien que probablemente no lo merecía; qué patético.
En su cabeza los autores la aconsejaban, sus protagonistas calmaban sus esperanzas, mientras ella seguía calculando logaritmos, intentando encontrarles la gracia, sabiendo que estaba hecha para algo más que seguirle el paso a su pasado y convertirse en otra burócrata.
Y aunque sabía que iba a reafirmar esa maldita cadena, explicaba su decadente destino como si escribiera una historia y se repetía una frase que Borges le dijo una vez: “Todo está escrito”.

Natalia Seguel Arenas.

(El Sur, Domingo 01 de octubre de 2006