martes, 17 de junio de 2008

Vestida de escolar

El fetiche masculino por excelencia, no conozco a hombre que no se sienta atraído por esas falditas plisadas, generalmente escocesas, que abundan en esta “larga y angosta franja de tierra”.

"Cuando estábamos en el colegio no les encontrábamos gracia, no supimos apreciarlas, en cambio ahora…"

Fueron las palabras de alguien que escuché el fin de semana. Y aunque en el momento me debatí entre el shock del comentario inesperado y el ataque de risa; le encontré toda la razón; desde su punto de vista, claro está.

Y en realidad me da un poco de cosa, tomando en cuenta que en ciertas ocasiones soy yo la que, con mis 22 años, debo usar una versión del atuendo. Claro, aunque use todos los recursos disponibles para verme lo más infantil posible, aprovechando mis facciones de niña que en tantas oportunidades me han puesto en apuros: peniado ad-hoc, a veces amagos de pecas, un largo de falda considerable, etc., debe ser difícil sacar esa imagen de la mente primitiva masculina.

La verdad es que cuando uso el uniforme olvido completamente este punto, debe ser la túnica, no tienen idea lo segura que hace sentir a la mujer y la libertad que da al caminar (además de sentirse imponente, la sensación del roce de la tela en el piso o como se abre un poco con el viento cuando caminas… te sientes grande, inevitablemente); pero eso es desviarse del tema.

El asunto es que tarde o temprano, igual la pajarita cae… me explico: la última vez que use el uniforme fue un antiguo compañero de carrera cubrir el evento para el diario donde hacía su práctica profesional, y cuando nos vimos el automáticamente dibujó una sonrisa en su rostro y no precisamente de las inocentes… y yo sólo me reí sin darme cuenta y lo saludé traduciendo ese gesto al hecho del "disfraz," y que nunca me había visto así, que tal vez me debio dar un poco de vergüenza y ya era tarde... nunca apelé a la masculinidad de su persona.

Días después recordé ciertos comentarios que él había dicho con respecto a mis eventos el año anterior, concretamente a mi vestimenta y cuando hablé de los mismos dichos en una entrada de mi fotolog... y obviamente mi amiga Escarlata estuvo ahí para explicarme todo con manzanitas, como siempre que se tratan cosas de ese tipo, donde soy tan volada y hasta inocente.

No me tomen como si yo pensara que fui, como persona, el objeto de esos pensamientos para el susodicho, no me tomen por ese tipo de persona, todo lo contrario, de aquí lo que se habla es del uniforme, nada más.

Aquí el asunto es que las faldas, como prenda, ya despiertan las más bajas pasiones, las más animales, del sexo masculino; pero, ¿por qué las de colegio dan esa reacción tan directa?, ¿será el pedófilo que llevan dentro?, ¿alguna fantasía sexual infantil saldrá a medias de su inconsciente para hacerlos sentir predilección nostálgica, pero sin tener claro por qué?. Amigos míos, los pocos que leen acá, díganme por favor, para que la próxima vez que busque disfraces, pueda entender por qué siempre las primeras fotos de la búsqueda son de colegial sexy.

Natty

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