martes, 13 de octubre de 2009

Hasta que Musaraña se adueñó de mi cabeza…

Hoy aprendí algo nuevo sobre mí.

Tengo un mundo propio en mi cabeza.

Súper freak la afirmación, porque siempre quise tener un mundo propio al cual escaparme. Aunque nunca creí que realmente fuera capaz.

En todo caso, lamentablemente, tampoco es el mundo nuevo y original que siempre quise, solamente es una mezcla de dos libros, uno que he amado desde siempre y otro que aún odio…

Es que, simplemente me gusta la idea de las flores que hablan con hadas malhumoradas, ¡imagínense como pelearían!
No se por qué tengo esa fijación con la literatura fantástica de finales del siglo XIX y principios del XX… serán los bosques que tienen esa imagen de ser suaves, calurosos, un poco tropicales, pero mágicos. Nada pica, nada da alergia, podría vivir sobre un árbol, colgada de las ramas de un sauce, con haditas dándome luz.

En fin, Peter pan fue mi primer amor, ¡sabe volar! Que mejor… y Alicia crece y se encoje a voluntad, posiblemente ese fue mi trauma de niñez… aunque la verdad a su historia no le encuentro patas ni cabeza, tal vez debería leer canciones de cuna inglesas para poder comprenderla.

Y arrancar de Jabberwocky .

Aunque odie su historia, siempre ha rondado mi cabeza su mundo, creo que es tan freak que me marcó. Pero nadie me quitará el odio por ese gato sonrisón, y me desespera la escena final de la pelicula, arranca hacia una muerte inevitable.

Pero lee un libro sobre un árbol, al borde de un lago.

Y Peter, arrancar de tu casa por las noches para volar entre las estrellas y pelear con piratas (ay, los piratas, ¿por qué me gustarán tanto?) y con haditas, estoy segura que Wendy simplemente no supo como abordar a Campanita, por eso no le cayó bien.

Carroll y Barrie se comerán mi concepto de realidad. Creo que ya, cada día, devoran un poquito más.

Que buen festín se debieron haber dado todos estos años… cada vez entiendo menos del mundo.

Natty

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