lunes, 9 de octubre de 2006

Explicando el título del blog mediante ejemplos

Por qué ese título tan esperanzador, que contradice con la decoración de mi bello espacio. La razón es bien simple, creo que la valentía es una farsa, un cuenteo de nuestros padres para que nos quedáramos tranquilos en las idas al doctor y sus correspondientes pinchazos en zonas privadas.

Mis queridos ñoños mágicos, algunos de ustedes me lincharán por estos dichos, sobre todo viniendo de una Gryffindor (si no sabe de qué hablo ¡lea Harry Potter de una buena vez! No se quede con la película, porque ahí no encontrará la respuesta), pero quiero explicarme. Toda mi teoría se reduce a un vocativo: Rodrigo, sí, el mismo, el de las fotocopias.

Explico, nos encontrábamos la Triada Mágica (entidad malvada gestionadora de venganzas, si quiere nuestros servicios, consulte aquí) cotizando afiches, cuando entramos a un local de impresiones en el centro; las dos quedamos embobadas con un joven, justo al centro de la mesa de atención, de cara agradable y con esos ojos que me gustan tanto y que no he sabido explicarle a nadie como son.

Tuvimos al pobre ciudadano 15 minutos dando vueltas por el local para que nos hiciera el presupuesto de todos los tipos de afiches que existen, y siempre con una sonrisa (el ejemplo de la buena atención) y más encima, nos dio el mail del negocio, y su nombre.

Al otro día teníamos que ir a realizar otro trabajo, esta vez de impresión, y mi amiga Escarlata (parte de la Triada) decide ir al mismo lugar, aquí es cuando mi teoría entra en acción, yo me negaba rotundamente a acompañarla, ¿la razón? Nos encontrábamos vestidas de ñoñas mágicas; usted sabe, alguna vez me habrá visto así: camisa de colegio (y si respectiva falda), corbata, calcetas, zapatitos escolares y sobre todo, TÚNICA.

Generalmente no me da vergüenza andar así, pero me negaba a perder el glamour frente a él; y era tal mi pánico que me escondí detrás de mi gemelo, que nos acompañaba, antes de entrar mientras seguía con mi mini-pataleta.

Cuento corto, entramos igual, y yo roja, por supuesto, mirando a mi gemelo, que encontraba mi actitud absolutamente adorable (claro, como el perla es canchero…) mientras que nuestro querido vendedor nos atendía, sin siquiera comentar por nuestras vestimentas, incluso demostrando un escaso conocimiento del tema, con el mayor de los orgullos (lo cual encontré más encantador aún).

Ahora, ¿como es que alguien que puede actuar frente a desconocidos, batirse a duelos con varitas mágicas en la calle y desmayarse sin arrugar ni un solo músculo puede flaquear de esta manera? Respuesta: cobardía, señoras y señores, pura y simple cobardía. O díganme, ustedes, en mi posición, ¿hubieran entrado así de manera voluntaria?

Lo dejo a su criterio.

3 comentarios:

Escarlata dijo...

cuantas veces te dije ese día ke no te avergonzaras!!!???
jajaja

si él es tan lindoso ke jamás se traumaría por ver a un par de niñas lindas vestidas con una túnica XD

emmmm...
jeje..reí mucho

cuando lo visitamos denuevo??

besooos

Anónimo dijo...

La respuesta es más simple que lo de la cobardía, fíjate tú. Es la necesidad de perpetuar la especie. Si te quedan dudas, invítame un café y te explico con palabras más coloquiales. Aunque ya te imaginas la explicación.

kmg dijo...

hola te encontre buscando blogs
como lo lograste editar tan bien
yo he tratado, pero te quedo top.da el dato plisss :)
pd: valentias y otras mentiras notable!, no va una sin la otra.
chau

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