Don Ricardo Seguel, semi culpable de mi existencia en este planeta, donador del la mitad de mis genes y mi apellido, responsable de mi color de ojos, tono de piel, facciones de mi rostro y últimamente de mi Preciosa personalidad cuando me enojo se está tomando mi cuerpo cada vez más seguido.
Ya es bastante complicado tener mi triple personalidad con un animalejo artista y una chiquilla con exceso de valentía y poco sentido común como para compartir las reacciones de rabia con otro ser humano más… y no de cualquiera, sino de la persona con el peor genio bajo presión que he conocido en mis casi 22 años de existencia.
Durante los últimos días he tenido que afirmarme en los muebles más cercanos a mis manos para no embestir a aquellas personas que me han estado sacando de quicio el último tiempo… La gente sabe que por mucho que me enoje, rara vez reacciono de mala manera, mi amiga escarlata bien lo sabe; que aunque despida esa “aura de maldad” como ella describe cuando me molesto, mentalmente estoy contando hasta 10 para responder de la manera más racional posible.
Y no es porque quiero quedar bien (aunque en parte podría decirse que es para no decir algo de lo que me voy a arrepentir) sino por motivos de salud, porque cuando me enojo, y no me controlo, hiperventilo, termino ahogada y quizá que puede terminar pasándome… o por lo menos así era cuando niña, por lo menos hasta los 13 años… y me quedó la costumbre de tranquilizarme, por mucho que me cueste, aunque ahora ya no pase lo mismo…
Pero últimamente el esfuerzo ya es físico, y más encima que de alguna parte empezó a surgir valentía (mía, no de otra personalidad interna) ahora es cada vez más difícil ver como tratan mal a mis amigos, injusticias ajenas y compartidas y tener que quedarme ahí como si nada, porque socialmente es lo correcto…
Hay un personaje virtualmente cercano a mi círculo social que pienso que tiene complejo de paladín de la justicia y que me enferma de él, ya que es increíblemente exagerado al punto de ser molesto para quienes le rodean (léase YO)… Y por lo mismo es que no me involucro en peleas ajenas… pero, ¿cómo logras medirte cuando ves estas cosas frente a ti?
Si no fuera por mi Esgrimista, que tiene la fantástica virtud de aparecerse justo en el momento indicado (presencial o virtualmente) y decirme cosas absolutamente nada que ver y geniales que logran despejarme de este tipo de cosas, esta semana hubiera desarrollado una úlcera del tamaño de una pelota de bowling de niños justo en la mitad del estómago... Se lo agradeceré por siempre, o si no ya me hubiera acriminado un asesinato a mano limpia.
Natty